El Narco, el nuevo poder
El mar de violencia que lleva décadas gestándose en el país ha alcanzado niveles altos de mando, pues la línea que desdibujaba al gobierno y criminales es cada vez más difusa, no lo dice un periodista calificado de opositor, y no es un señalamiento al régimen en turno, lo dice el histórico de atentados y agresiones contra contendientes políticos en 2018 y 2021, de acuerdo con un proyecto de investigación del Colegio de México.
De acuerdo al periodista Elías Camhaji en las elecciones de años anteriores (2021) se registraron más de 782 agresiones contra personas que aspiraban a algún cargo político, el dato fue igual de alarmante en 2018 con un total de 774 registros de atentados. Los cuales en un gran número están vinculados al crimen organizado, otras figuras políticas o en su defecto hay una zona donde no se puede dilucidar si fue una agresión por causas criminales o políticas.
Lo anterior es un claro ejemplo del poder que ha adquirido el narcotráfico para influir en resultados electorales, ya sea por vínculos con poderes en turno, por la búsqueda de beneficios y colaboración con próximos gobernantes o por la búsqueda de intimidación a la población. Los hechos narrados no son nuevos, no es casualidad que se retraten de igual manera en la ficción, pues dan cuenta de hechos que han acontecido en múltiples localidades de México, el patrón común en todas ellas, son los atentados locales.
En la actualidad las estadísticas no distan de lo ocurrido en comicios anteriores, ya se perfilan semana a semana los titulares donde se asesina a balazos a un contendiente, el más reciente fue el de Manuel Hernández, candidato a diputado local por el distrito 8 de Veracruz. En esa misma semana dos sicarios atentaron contra Andrés Valencia Ríos, exalcalde de San Juan Evangelista quien tenía intenciones de participar en las próximas elecciones.