Cerrar a Pemex. | Parlamento Veracruz.
Por Juan Javier Gómez Cazarín*
La semana pasada la candidata de la Derecha tuvo un chispazo de descaro y expresó una propuesta que sonó a una amenaza: cerrar dos refinerías y, de plano, desaparecer a Pemex como empresa petrolera.
(Digo descaro porque honestidad es un valor que resulta sumamente inapropiado de aplicar en un proyecto político que lo que menos conoce es de honestidad).
Justo en el mes de la Expropiación Petrolera, que se celebra la próxima semana, la candidata se refirió las refinerías de Cadereyta, en Nuevo León; y a la de Tampico, en Tamaulipas. No hay refinería en Tampico, así que debemos asumir que se refería a la de Ciudad Madero, que está a un lado. Las quiere cerrar.
Ya encarrerada, como dije, le empujó la mano el diablo y adelantó su sueño guajiro de desaparecer a Pemex como empresa petrolera, para que se dedique a generar electricidad (sin reparar en que esa tarea que ya cumple la CFE). Incluso quiere que se deje de llamar Pemex. En otras palabras, borrarlo del mapa.
Me queda claro que eso no va a suceder. No van a ganar y sus propuestas-amenazas quedarán sepultadas el 2 de junio bajo millones de votos a favor de Morena, que serán votos a favor de nunca regresar al pasado neoliberal de destrucción del patrimonio nacional.
Pero a la usanza de las serpientes venenosas que vemos tras la seguridad de un vidrio en un serpentario, la propuesta-amenaza de la candidata de la Derecha es inofensiva no por su naturaleza (que sí es peligrosísima), sino por las circunstancias que la rodean (a las serpientes el vidrio, a la Derecha los votos a favor de la 4T).