El último día. | Parlamento Veracruz.
Por Juan Javier Gómez Cazarín*
Escribo estas líneas el último día de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la República.

Su conferencia mañanera: emotiva, eso sí. Con el testimonio de sus muchos logros, con expresiones de reconocimiento a la presidenta electa, Claudia Sheinbaum; con música, con sentimiento hasta las lágrimas.
Aprovechó para promulgar sus últimas dos Reformas Constitucionales. La adhesión de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional y el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, que nosotros aprobamos la semana pasada en el Congreso de Veracruz, serán, desde ahora, parte de su abultado legado a México.
La develación de su retrato en el Palacio Nacional es, por sí mismo, un símbolo de la transición que experimenta: López Obrador sale del Poder y entra a la historia. Su cuadro ahora está en los muros del Palacio con el de los otros Presidentes del pasado, los buenos y los malos.
Cuando el segundero del reloj cruce de las 12:00 de la noche, se habrá esfumado su investidura como titular de uno de los Poderes del Estado Mexicano.

