EstatalOpinión

Un momento de reflexión.

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La crisis migratoria es una realidad que enfrentamos de manera cercana, hoy una caravana de más de 5000 personas se desplaza desde Chiapas rumbo al norte, coincide con un próximo encuentro entre las autoridades del país vecino y México, donde Estados Unidos espera que se frene al flujo de migrantes, pero como bien declaró nuestro Presidente, esa situación requiere de una cooperación profunda, donde no sólo se frene a las personas, sino que se generen situaciones que impidan su necesidad de desplazamiento.

Esta problemática también se vive de manera constante en Europa y actualmente por conflictos como el de Israel y Palestina, nadie añora dejar un hogar si no es por la ilusión de una vida mejor o en el caso de Palestina, por la necesidad de al menos conservar la vida. ¿Cómo podemos verdaderamente contribuir a resolver estas problemáticas? Dejemos de ignorarlas e incluso de fortalecer las condiciones de explotación al considerar a migrantes como mano de obra barata. La desigualdad creciente es también una causa de estos crecientes flujos de migración pues las personas se mueven buscando nuevas oportunidades en las urbes.

La inseguridad también es un reflejo de la necesidad, pues quienes viven en condiciones precarias son blanco fácil de convencimiento para las filas del crimen organizado, es en estos puntos donde son urgentes verdaderos programas sociales que busquen brindar ayuda con análisis y no sólo de maneras superficiales. No se trata de programas generales que se entreguen de manera similar considerando ciertos rangos de edad, sino de desarrollar proyectos que atiendan de fondo estas problemáticas.

Mientras tanto en vísperas de grandes celebraciones y acuerdos políticos esperamos las autoridades dialoguen para ofrecer una mejor calidad de vida a quienes huyen de sus espacios por la creciente inseguridad y pobreza. Si tienes la dicha de tener hogar, salud y trabajo, comparte con quienes menos tienen y agradece por todas las bendiciones recibidas.