¿Qué sigue después del 8M?
Salgo de casa avisando que volveré más tarde, cargo una mochila ligera con lo indispensable: mis llaves, dinero, agua, me regreso por una identificación por si algo me pasa puedan saber quién soy o era, envío mi ubicación en tiempo real para que de algún modo puedan localizarme. Me estoy preparando para acudir a la marcha del #8M pero algunas de estas medidas se toman todos los días.
Voy a la marcha por alzar la voz, por exigir respeto, porque ver a miles de mujeres reunidas en todas las ciudades es una manera de visibilizar toda la violencia, miles de mujeres marchando con pancartas donde señalan a sus abusadores, otras miles unidas por sus amigas, madres, hijas, tías, amigas, abuelas. Todas tenemos una historia de violencia, algunas más intensas que otras y en medio de un mar de mujeres con pañuelos verdes o morados, entiendes perfectamente por qué tantas elegimos estar ahí.
¿Por qué marchas? Fue mi pregunta a múltiples mujeres de distintas edades, para saber cuál era su motivación, de alguna forma también pregunté a otras por qué no lo hacían y quienes no lo hacen es por miedo o incluso falta de empatía, porque creen que marchar no cambia nada, sin embargo al ver a miles de mujeres arrodillarse en sororidad a la búsqueda de una madre, leer cartulinas portadas por abuelas que reconocen la libertad de sus nietas, compruebo que marchar cambia mucho, sobre todo si transforma la empatía de quienes estamos en ese momento presentes.
Lo cambia todo si al escuchar “Recuerda hermana, si te pega no te ama” alguien reacciona y entiende que el amor no se demuestra de esas maneras. Lo cambia todo si somos capaces de entender que antes salir a las calles no era un derecho para todas, lo cambia todo cuando más mujeres se atreven a salir, cuando vamos señalando la responsabilidad de los abusadores y dejamos de revictimizar a las víctimas.
¿Después del 8M qué? después unimos esfuerzos para resignificar las acciones, para compartir desde distintos espacios que el feminismo no es un atropello contra los hombres, es una construcción constante en la búsqueda de equidad, donde los hombres también pueden sumarse como aliados, donde vencemos los constructos culturales que nos hacen creer que el exigir respeto bajo distintas maneras es vandalismo.