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LOS PODERES EJECUTIVO Y LEGISLATIVO, EMPEÑADOS EN IMPLANTAR EN MÉXICO UN “GOBIERNO DE FACTO”

*** Pasando sobre la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

*** Incongruente lo expresado por la señora Sheinbaum, de que “la Reforma Judicial, va, porque es un mandato del pueblo.

Por: Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo

Ciudad de México. – Desde el momento en que México se proclamó como un país democrático, “gobernado por tres Poderes de la Unión”, quedó inscrito en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que el Poder Judicial es “la única instancia de supervisión y control de los Poderes Ejecutivo y Legislativo”. Lo contrario, es abuso de su potestad de decidir y una violación de la Constitución.

El 5 de febrero del presente año, el aún presidente en esa fecha, envió al Congreso de la Unión una propuesta de 20 Reformas Constitucionales.

En las democracias constitucionales –es el caso de México—quien revisa los actos de los deberes políticos, no puede ser otro del mismo tipo “sino uno imparcial desde la perspectiva política”, con capacidad de verificación de criterios técnicos en defensa de los derechos de ciudadanos y organizaciones sociales contra abusos del Estado”.

El riesgo latente de que el gobierno mexicano en el pasado se convirtiera en dictadura, o por lo menos con un perfil similar, ha permeado desde hace décadas. Este esquema se presentó durante los gobiernos de Álvaro Obregón y de Plutarco Elías Calles, después del porfiriato.

Ninguno de ellos logró sus propósitos. El primero fue asesinado en el restaurante “La Bombilla” en San Ángel, y el segundo, Elías Calles, fue desterrado una vez que el general Lázaro Cárdenas llegó a la Presidencia de México. Años después, regresó, sólo para entregar su alma al “Creador”.

Regularmente quienes intentan imponer en nuestros tiempos otra forma de gobierno, que puede ser disfrazada con orientación, primero, al populismo. Si prospera, se conduce al socialismo o, de plano, a una dictadura. En América Latina hay ejemplos claros de estos señalamientos, como en Cuba, Nicaragua y Venezuela; en Brasil ha predominado el populismo. Últimamente se ha hablado de populismo en Bolivia, con un tal Evo Morales, quien fue presidente por un periodo de 14 años.

A este personaje el gobierno de López Obrador –a poco de haber iniciado—lo rescató “de volada” en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, mientras en su país se “calmaban las aguas”. Morales fue acusado de intentar mantenerse en el poder de su país. Ahora regresó, con un carácter de “mansito”.

En el tema que nos ocupa en México, hay que aclarar que, una dictadura se presenta cuando un individuo o un partido afines, ponen en manos de un personaje, el poder de gobernar, con características de manejo autoritario de los poderes del Estado. Así, mantienen el poder político y social a toda costa, incluso ejerciendo violencia sistemática en contra de algunos sectores de la población, medidas restrictivas a medios de comunicación y de otros integrantes de la sociedad.

Cabe hacer notar que, en México, se vive actualmente un periodo político de gobierno “muy agitado” –aunque se espera sea transitorio—debido a la inexperiencia para gobernar un país con más de 130 millones de habitantes, en un territorio cercano a dos millones de kilómetros cuadrados, por parte de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.