LA REPRESA DE LA HACIENDA LA CUCHILLA
Porque la Cuchilla se transformó en una verdadera industria donde además de procesar el café se fabricaba, hielo, paletas, refrescos y cervezas.
Cuantas veces, en nuestras andanzas juveniles cruzábamos el puente de madera donde también estaba construida una galera con extraños artefactos abandonados como toneles y maquinaria.
También recuerdo un enorme tanque donde caía un gran chorro de agua y que se recomendaba a las personas que sufrían de nervios ir a tomar baños bajo el pesado golpe de aquella chorrera.
Los movimientos sociales, la reforma agraria, el nacimiento de los ejidos acabaron con ésta y otras propiedades productivas, pero aún existen sus ruinas.
Esas ruinas que en nuestra adolescencia generaban sueños y expectativas y que nos permitían vivir grandes aventuras.
Por cierto, yo nunca aprendí a nadar, pero eran muchos los muchachos que acudían a la represa a divertirse y a nadar en sus aguas.