La Lección de los Zapatos Viejos.
*** Un ejemplo de empatía y generosidad.
En una tranquila caminata por el campo, un estudiante universitario y su profesor protagonizaron un emotivo episodio que demuestra el poder de la empatía y el valor de dar. Lo que comenzó como una simple salida terminó dejando una lección que marcó para siempre la vida de un joven.
Mientras recorrían un sendero, ambos notaron un par de zapatos viejos abandonados. El estudiante, con un aire de picardía, sugirió al profesor jugarle una broma al aparente dueño, un anciano campesino que trabajaba en los terrenos cercanos. La idea era esconder los zapatos y observar la reacción del hombre al descubrir su ausencia.
Sin embargo, el profesor, conocido entre sus alumnos por su sabiduría y bondad, propuso un enfoque diferente:
– En lugar de burlarnos, ¿por qué no hacemos algo que le traiga felicidad? Tú puedes permitírtelo. Coloquemos una moneda en cada zapato y observemos qué ocurre.
El joven aceptó la sugerencia, intrigado por el resultado. Siguiendo las instrucciones de su maestro, colocó una moneda en cada zapato y se ocultó junto con él detrás de unos arbustos.
Momentos después, el anciano llegó al lugar, exhausto tras una larga jornada de trabajo. Al calzarse el primer zapato, sintió algo extraño y, al revisar, encontró una moneda. Su sorpresa era evidente; examinó la moneda, miró a su alrededor y, sin hallar explicación, la guardó en su bolsillo. Al ponerse el segundo zapato, el hallazgo de otra moneda lo dejó aún más impactado.
Conmovido, el hombre cayó de rodillas, alzó la vista al cielo y agradeció con fervor. Sus palabras revelaron una realidad desgarradora: su esposa estaba enferma, sus hijos pasaban hambre, y esa inesperada ayuda significaba que, al menos por un día, podrían tener algo de alivio.
Desde su escondite, el estudiante observaba, conmovido hasta las lágrimas. Volteó hacia su maestro y confesó:
– Hoy he aprendido una lección invaluable. Es mucho mejor dar que recibir.
El profesor, satisfecho con el resultado, respondió:
– Esa es una verdad que nos transforma cuando la comprendemos y la aplicamos.
Esta sencilla pero poderosa historia recuerda la importancia de la empatía y cómo un pequeño acto de generosidad puede tener un impacto enorme en la vida de alguien más.