EL INE RESPONDE CON TECNOLOGÍA DE VANGUARDIA AL MAYOR RETO ELECTORAL DE SU HISTORIA
Ciudad de México. – Uno de los más grandes retos que ha tenido el Instituto Nacional Electoral (INE) a lo largo de su historia, es el de diseñar en apenas tres meses un sistema desde cero, con un gran reto tecnológico: el desarrollo de una plataforma robusta, segura, auditable y eficiente para procesar millones de votos en la elección histórica del Poder Judicial el 1º de junio próximo. Una elección extraordinaria que definirá 881 cargos judiciales federales, algo sin precedentes en México.
A contracorriente de los rumores que intentan reducir el esfuerzo institucional a una simple “App”, el sistema diseñado por la Unidad de Servicios de Informática (USI) del INE, representa un salto cualitativo en la arquitectura electoral mexicana, declaró José Alberto Pérez de Acha, titular de dicha Unidad.
“Nos dieron tres meses para desarrollarlo y construirlo partiendo de cero. No podíamos seguir haciendo lo mismo que en procesos anteriores”, expresó, y abundó al decir el sistema no solo debía ser ágil, sino capaz de soportar a 15 mil capturistas trabajando en simultáneo desde los 300 consejos distritales del país. “Si el cómputo iba a ser descentralizado, necesitábamos un diseño completamente distinto. Tuvimos que pensar fuera de la caja”, afirmó.
De esta manera, agregó, se diseñó el sistema con base en una arquitectura ubicada completamente en la nube, con el fin de lograr “elasticidad” en la contención automática del volumen de transacciones, y que además fuera “resiliente”, lo que quiere decir que como en muchos casos de la vida, esté preparada para recuperarse en segundos ante un fallo inesperado.
Pérez de Acha recalcó que desde el inicio la ciberseguridad fue un elemento clave: “Incorporamos un equipo especializado que realizó pruebas de penetración, denegación de servicio, análisis de vulnerabilidades y múltiples simulaciones de ataque”.
Por otra parte, el funcionario dijo que no se trata de una aplicación como hay muchas, sino de un sistema cerrado, desarrollado internamente por el INE y operado solo desde dispositivos controlados. Cada uno de esos dispositivos móviles está configurado exclusivamente para la captura de votos, sin acceso a otras funciones o aplicaciones.
“No estamos usando una App comercial. Este sistema tiene un backend (es decir, un software que corre desde un servidor) robusto, con capacidad para atender a miles de usuarios al mismo tiempo, y reflejar en tiempo real los resultados públicos en tableros de consulta”, detalló el funcionario.
Las tareas de captura no se realizarán en las casillas, como ocurre tradicionalmente. Por el volumen de votos que cada elector puede emitir (hasta 39), las boletas se trasladan a los consejos distritales del INE, donde se organiza un operativo preciso. El conteo se lleva a cabo en equipos de dos personas: una dicta y la otra captura, luego repiten el proceso de verificación. Si los datos no coinciden, un tercer integrante vuelve a capturar. “Estamos buscando mitigar los errores humanos al máximo. La doble verificación garantiza que no se avanza sin coincidencia perfecta”, puntualizó Pérez de Acha.
A esta dinámica se suman supervisores que monitorean en tiempo real el trabajo de captura, además de protocolos de descanso y rotación para evitar el agotamiento del personal. “No es cierto que la gente estará trabajando sin pausas. Está todo pensado para que los turnos se intercambien, el que dicta pasa a capturar y viceversa”, añadió.
Hasta ahora, el INE ha realizado tres simulacros nacionales. En el primero, se registraron alrededor de 600 dudas operativas. En el más reciente, realizado el 18 de mayo, apenas un centenar. Los resultados han permitido afinar detalles técnicos y logísticos, y aumentaron la confianza entre los operadores. Están programados dos simulacros más, el 25 y el 30 de mayo, este último prácticamente una réplica en tiempo real del día de la Jornada Electoral del próximo 1º de junio.