¿Dónde está lo importante?
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Vivimos una era donde reina la pérdida y búsqueda de sentido según las creencias que predominen en nuestra vida, hay múltiples problemáticas alrededor y algunos atisbos de esperanza. ¡Qué momento tan difícil para ser líder y a la vez tan necesario! En medio de un mundo cambiante, globalizado y a la vez tan lleno de dudas, todas las personas necesitamos guía, orientación y certeza. Es aquí donde a los gobernantes les toca definir el rumbo. ¿Qué problemáticas pesan más? ¿En dónde debe estar el foco de d para comenzar con un cambio que mejore el mundo?
La pregunta es compleja ante una casa común que pide a gritos atención, donde las especies se van extinguiendo y aunque esto pareciera no afectar a la humanidad en menos de lo que imaginamos puede ocasionar nuestro propio fin. Hay una pérdida de valores de acuerdo a generaciones anteriores y las nuevas recalcan prestar más atención al entorno, desarrollar una empatía creciente que no se tenía antes. México enfrenta una ola de violencia que parece atacar a quienes menos tienen o hacer una selección por cuota de género, donde las mujeres perdemos.
¿Es la violencia el único problema o pesa más la pobreza de millones de mexicanos? ¿la pobreza se antepone a la corrupción? ¿Es esta última también causante de la impunidad y los abusos de poder que terminan beneficiando a quien puede y no a quien verdaderamente necesita ayuda? Estas son algunas de las preguntas que enfrentan quienes ostentan un cargo y que incluso desde la sociedad deberíamos realizar, la respuesta es compleja pues el mayor problema es que llevamos décadas percibiendo las problemáticas como algo aislado, e incluso buscamos su solución desde la individualidad y no en colectivo.
En la actualidad nos hemos olvidado de vernos en comunidad, de pensar en conjunto y buscar un bien común para la sociedad, no solo para nosotros. Hemos permitido que gane la indiferencia ante el dolor del prójimo, porque mientras las desapariciones de personas no toquen a un ser querido, las hemos normalizado por la cotidianidad con la que se presentan en México. Ponemos la atención en los posibles cambios de ley que resuenan en las primeras planas y dejamos de exigir que la mira se ponga en puntos aún más urgentes.