EstatalOpinión

Una transformación necesaria.

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Aunado a lo anterior aún hay pagos pendientes que no solo son responsabilidad de la administración saliente, si no desde el gobierno de Javier Duarte cuando el dinero que la Secretaría de Educación de Veracruz debía dar a maestras y maestros por seguros de vida y de invalidez no fue entregado, pese a los esfuerzos del gobierno saliente, aún quedan historias en pausa, pues no se trata solo de los montos adeudados sino de las vidas que han sufrido a espera de una respuesta y claridad.

Tener al frente a una mujer como Rocío Nahle es esperanza por su experiencia profesional, por la empatía para con la vida de las personas y sobre todo por la certeza que ha tenido como administradora en los distintos cargos, pero si algo olvidamos como ciudadanos es que la responsabilidad no está solo al frente del gobierno. La responsabilidad es nuestra. La eligió el pueblo y el pueblo ha de estar atento a cada movimiento con criticidad y participación constante.

No juega un papel menor el segundo y tercer sector, pues de su participación social dependerá que tanto el gobierno estatal y federal desempeñen el rol que tanto anhelamos. La elección de una gobernadora es la muestra de que el cambio es posible, principalmente cuando nos abrimos a nuevas propuestas, mas no significa desentendernos del rumbo que queremos para el Estado y el País.

Al menos yo sueño con un Veracruz equitativo, que reconozca su potencial de recursos y pueda posicionarse como una capital de paz, que los destinos turísticos sirvan para capitalizar a la entidad, sus tierras sean un referente de orden y cultura y sus espacios se aprovechen para dar a conocer su diversidad al mundo. El amor por Veracruz se expanda por todos los rincones y cuidemos de sus territorios bajo explotación desmedida. La transformación era necesaria, cumplirla depende de las y los veracruzanos.

El problema está en la corrupción, no en los organismos.