Un experimento social y la recuperación de audiencias
Sin duda este es el nuevo éxito de Televisa y no se trata de ver a la televisora como el ente que busca un total control de la población, atrás quedó su poder y capacidad de dominio, pues ahora las audiencias son partícipes y responsables del contenido que se emite en la pantalla, sin embargo, si es digno de estudio el esfuerzo que la televisora ha puesto por captar la atención de las audiencias. La idea del programa no es nueva, es una copia de Telemundo, lo innovador es la selección de personajes, la difusión de contenidos que están al alcance de cualquiera a través de plataformas digitales.
Y por supuesto el posicionamiento es responsabilidad de las audiencias que se han enganchado con las problemáticas de violencia, con los insultos y las tramas que se tejen al interior de la casa.
Desde un punto de vista psicológico “La casa de los famosos” es un excelente ejemplo de experimento social, no solo por los patrones repetidos al interior de la casa, sino por la generación de todo tipo de reacciones al exterior. Incluso valdría la pena hacer un análisis del comportamiento que generan los distintos retos donde las reglas cambian a conveniencia de lo que demanda la audiencia.
Esta no es la primera vez que se puede poner bajo vigilancia a nuestra humanidad, tampoco es una sorpresa lo que se genera en los personajes bajo condiciones determinadas, no resulta inaudito ver hablar a un hombre con violencia y amenazas hacia sus compañeras, lo anterior sucede en la cotidianidad de igual cuenta a plena luz y bajo las miradas de múltiples personas. Lo que resulta innovador es que incomode verlo en pantalla, esto puede ser un punto positivo para Televisa pues quizás en lugar de reproducir patrones, nos invita a una nueva reflexión sobre qué papel estamos jugando realmente a la sociedad.
Si se mira este programa bajo un ojo crítico, tenemos la oportunidad de identificar qué nos hace verdaderamente humanos, ¿quién es realmente una buena persona? Y quizás ver con atención en qué momentos de nuestra vida estamos replicando esos mismos patrones de comportamiento que solo engendran odio y mayores problemas.