Nada es como tú lo piensas.
Los puntos de vista que tenemos respecto a cualquier situación van a determinar nuestro actuar en todo momento e incluso desde la psicología, se ha comprobado que lo que creemos se aloja en nuestro subconsciente y estamos programados para comprobar nuestra realidad. Es decir, ponemos nuestra atención únicamente en aquello que creemos, un ejemplo pueden ser los procesos electorales, si yo considero que un candidato es malo, es muy probable que a mi alrededor encuentre personas que opinan de forma similar, por lo que si el resultado es diferente al esperado, puedo llegar a considerarlo un fraude.
Por el contrario, cuando tengo la disposición de cuestionar mis puntos de vista, también tengo receptividad a vincularme con otras perspectivas, esto ayudará a que entenderé no solo por qué otras personas piensan diferente, si no también sus motivaciones, sus miedos y por ende quizás también sabré cómo llegar a esos votantes que no compartían mi opinión.
Hay científicos que han hecho pruebas de repensar nuestras respuestas, por ejemplo, en un examen, algunos dirán que la primera intuición es la que cuenta, sin embargo, al intentar vencer la pereza mental y reevaluar lo que estamos haciendo, aumentan las probabilidades de éxito. Así funcionan las aseguradoras, analizan múltiples escenarios posibles para calcular los riesgos y así ofrecer una póliza.
En la actualidad repensemos todo, ¿por qué creo lo que creo? ¿qué estoy creando desde mis puntos de vista? Pues si repasamos un poco la historia descubriremos que todos hemos errado, que la verdad se transforma con el tiempo y no hay mejor manera de avanzar que cuestionándolo todo o quizás estoy equivocada y vale la pena cuestionar porque creo que la transformación del mundo se logra solo desde múltiples perspectivas, mientras tanto te invito a preguntarte ¿tú a quién le crees y en qué piensas?