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La democracia no es un poder absoluto.

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Uno de los puntos más debatidos de la Reforma al Poder Judicial es la propuesta de que los jueces, ministros y magistrados, sean elegidos por el voto popular, considerando que actualmente la aprobación está en su mayoría de lado de MORENA, esto le daría en automático el control total de los tres poderes. La propuesta en sí puede representar un mayor fallo pues no garantiza la equidad con la que se intenta difundir, por el contrario, el poder estará en manos de quienes puedan costearlo y dejará de lado los años de formación y esfuerzos que actualmente se solicitan para llegar a esos cargos.

Aunado a lo anterior está la idea de que el poder judicial representa un freno a las propuestas de desarrollo que presenta el ejecutivo, al tenerlo de su lado algunos podrán opinar que representa la oportunidad de verdaderamente transformar a México, sin embargo, desde las perspectivas internacionales de realizarse esta propuesta en realidad hay un retroceso como país, la inversión en México está disminuyendo ante la incertidumbre y nuestra moneda comienza a devaluarse aceleradamente.

La desconfianza se va ligando a la marca de México con otras problemáticas, no sólo es el control absoluto de los poderes, sino también la falta de garantías, el discurso de priorizar a las minorías ha quedado en eso, no se ha escuchado a las madres de desaparecidos, no hay garantía alguna de seguridad y va creciendo el crimen organizado al igual que el número de feminicidios. Y no se trata de la popularidad del presidente que ha alcanzado a los gobernantes que se promocionan como cercanos suyos, si no de los puestos que ni mencionamos por tratarse de rangos menores donde se incrementó la corrupción y la extorsión, basta con hacer un análisis profundo de los secretarios de estado, de algunos alcaldes que poco a poco transformaron sus hogares y modestos vehículos.

Ese es el ejemplo de lo que nos espera en caso de concretarse la Reforma al Poder Judicial, personas que comienzan a popularizarse bajo un discurso que nunca llegan a concretar y terminan vendiéndose al mejor postor. No es que actualmente el poder judicial sea perfecto, pero al menos es un contrapeso para una tiranía absoluta.

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