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INCERTIDUMBRE REGULATORIA Y POLÍTICA LIMITA CONFIANZA EMPRESARIAL EN MÉXICO.

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Actualmente los temas de migración y fentanilo actúan como paraguas de “seguridad”, que combina medidas arancelarias, migratorias y regulatorias en un mismo paquete.

La dinámica del comercio global ya no gira en torno a la eficiencia, sino a seguridad, energía, alimentos y tecnología. Este giro expone los puntos de presión entre México y Estados Unidos. La tentación es verlo como amenaza; la habilidad, será afrontarlo como oportunidad. El agro mexicano está en el centro de ese tablero, detalló Ocaña.

El T-MEC, con reglas exigentes, enfrenta agendas sensibles en lo laboral, ambiental, sanitario y automotriz.

El déficit comercial de la Unión Americana equivale a demanda para México. Estados Unidos importa por razones estructurales: costos, estacionalidad, mano de obra, presión ambiental, riesgos climáticos y concentración en insumos y distribución. Esto abre ventanas temporales donde México, por cercanía y experiencia exportadora, puede insertar oferta confiable de frutas y hortalizas, mientras complementa con importaciones de granos y otros productos, expuso el experto.

El T-MEC, con reglas exigentes, enfrenta agendas sensibles en lo laboral, ambiental, sanitario y automotriz. La política en Washington seguirá apuntando al déficit comercial, pero las cadenas que cumplen estándares y anticipan riesgos se mantienen, “hoy, la consistencia define la permanencia”, puntualizó desde NexusAgronegocios Ocaña Romo.

El especialista enfatizó que “las reformas judicial y electoral elevan el riesgo.  Las dudas sobre la independencia judicial y la incertidumbre postelectoral empujan a sectores productivos a diversificar inversiones en el extranjero”.

La ventaja geográfica es estratégica. México puede consolidar un portafolio agropecuario toral que complemente ventanas productivas de Estados Unidos y Canadá, así como fortalecer la política pública al campo, generar empleo y desarrollo, matizó Ocaña.

El experto añadió que el agua es la variable crítica: sequías golpean granos, frutas, hortalizas y ganado; el estrés hídrico aumenta y no existe aún una política pública para atender al campo comercial. La conclusión es clara: sin agua, no hay agro ni mercado posible.

INSUMOS ENCARECEN EL PRÓXIMO CICLO AGRÍCOLA.