EstatalNacionalPolítica

DESCONFIANZA SOBRE LAS BASES DE UNA REFORMA AL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN

COMPARTE CON TUS AMIGOS

*** López Obrador a estas alturas debería estar “mudo” por tan mal gobierno.

*** Da la impresión de que México se encamina a una dictadura.

Por Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo.

Ciudad de México. – La propuesta al Congreso de la Unión de una reforma al Poder Judicial de la Federación emitida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, el pasado 5 de febrero del presente año –a ocho meses de concluir su gestión—provocó desconfianza y confusión en todo el esquema jurídico del país y en la ciudadanía. Da la impresión de que México se encamina a una dictadura, nada deseable frente a una situación caótica en Cuba, Venezuela y Nicaragua, al estilo de lo que ocurre en Rusia, Corea del Norte y otros países asiáticos.

El señor presidente López Obrador, que a estas alturas debería estar “mudo” por tan mal gobierno, emitió sus 20 propuestas de Ley para que el Congreso las analizara y aprobara, como si fuera un dictado para el siguiente periodo gubernamental.

De manera “campechana”, le deja el compromiso a su sucesora en la Presidencia, Claudia Sheinbaum, y a los diputados y senadores les recomienda organizar Foros Judiciales por entidades federativas, donde se han encontrado situaciones violatorias a los Derechos Humanos y a los Derechos de los Trabajadores del país y del Poder Judicial en particular.

Con el señuelo de contrarrestar el predominio de una corrupción incontrolable en el poder judicial, de repente el mandatario decidió emprender una “bronca”, casi casi personal, a la Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña Hernández, después de que se “había ganado la confianza” del anterior ministro de la SCJN, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, quien ahora ocupa un papel relevante en el nuevo gobierno y se ha convertido en enemigo de la Suprema Corte y de la Ministra Norma Piña.

El presidente de la República debe entender que los jueces, magistrados y los ministros de la Suprema Corte, no son representantes populares ni su función es hacer política. Son profesionales intérpretes de las leyes que integran nuestra Constitución.

De igual manera, López Obrador debe tener presente que el Poder Judicial tiene en sus manos la aplicación de la justicia a todos los ciudadanos mexicanos, quienes requieren del amparo y la protección de la justicia federal, ante arbitrariedades del Estado.