Cambia el mando y las cuentas siguen pendientes.
Para ser francos mucho de lo que vivimos sí fue culpa de gobiernos anteriores a AMLO, aunque tampoco se vivieron cambios profundos en los temas más delicados, fueron 6 años de una eterna campaña cuyo principal objetivo fue posicionar a la 4T y se logró, ahora le tocará a Claudia Sheinbaum dar continuidad a un legado que aún debe respuestas a los grupos sociales, ser compañera como bien dice Vivir Quintana, de todas las luchas que claman por un gobierno transparente, que de el frente por su gente y vele por los intereses sociales.
Historias como las de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa que llevan dos gobiernos sin respuesta son el reflejo de muchas otras circunstancias sociales, la impunidad, la búsqueda constante de justicia, la necesidad de encontrar datos que les devuelvan la paz y es que podríamos hablar de muchos números que describen la historia de México, pero no se trata solo de estadísticas, sino de todas las historias detrás donde nos toparemos de frente a personas, que al igual que nosotros vivían con muchos deseos de un país mejor.
Andrés Manuel ha sabido hacer algo bien si cierra su sexenio con un 80% de aprobación popular y deja una gran medida para su sucesora como la candidata más votada en la historia de México, nos guste o no, la 4T ha hecho historia, de la sociedad unida depende que el siguiente capítulo marche mejor, de hacer valer la voz sin fanatismos y con más información, de pensar en intereses colectivos donde nos beneficiemos todos y pensar más en hacer vínculos en vez de perpetuar las separaciones que durante muchos años ya nos han dañado.
A partir del 2 de octubre comenzará una nueva era, en la que todos deseamos el éxito para nuestra nueva presidenta, que tenga empatía, certeza al gobernar y un rumbo propio que combata las problemáticas que aquejan a nuestra Nación.