Ejército replanta esperanza en el Citlaltépetl, mientras autoridades municipales callan ante la tala clandestina.
Calcahualco, Ver. – El Citlaltépetl, también conocido como Pico de Orizaba, se desangra lentamente bajo las motosierras de la tala clandestina. Sus bosques, vitales para la producción de agua que abastece a Veracruz y Puebla, desaparecen sin que la autoridad municipal de Calcahualco mueva un solo dedo para detener el ecocidio.

Ante la omisión local, fueron las fuerzas armadas quienes se presentaron este fin de semana en defensa de la montaña. Elementos del 12º Cuerpo de Infantería del Ejército Mexicano, bajo el mando del Teniente Coronel José Rutilio Lara Torres, patrullaron zonas críticas de Calcahualco y Coscomatepec para disuadir delitos ambientales y, al mismo tiempo, llevaron a cabo acciones de reforestación en la comunidad de Nueva Vaquería.

Mientras el Ejército trabaja en recuperar la cubierta forestal y proteger el agua de miles de familias, el ayuntamiento de Calcahualco ofrece solo indiferencia. No hay campañas de concientización, ni proyectos de reforestación, ni gestiones ante el gobierno estatal o federal. La imagen contrasta: soldados replantando árboles frente a una administración municipal que parece conformarse con posar para la foto, sin comprometerse con la defensa de la naturaleza.
El Citlaltépetl no puede defenderse solo. Hoy, su supervivencia depende más de la disciplina militar que de la voluntad política.
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