NacionalOpiniónPolítica

INFONAVIT, HISTORIA DE SAQUEOS

COMPARTE CON TUS AMIGOS

*** Bajo un esquema poco claro, el dinero de los trabajadores servirá de financiamiento para construir un millón de viviendas.

CIRCUITO MEXIQUENSE

Por Ángel Bocanegra

Ciudad de México. – La reforma al INFONAVIT será la palanca para cumplir la meta de construir un millón de viviendas en este sexenio, bajo un esquema poco claro y en el que el dinero de los trabajadores servirá de financiamiento, pero que al fin y al cabo no será la primera vez.

A lo largo de la historia, el Instituto en poco ha contribuido para garantizar el derecho constitucional de la vivienda, pero sí para grandes negocios de desarrolladoras, las que prácticamente obligan a los beneficiarios de un crédito a comprarles con un disfrazado contubernio con ese organismo.

Con la anuencia de legisladores y del “charrismo sindical”, los trabajadores han sufrido los atropellos de varias reformas que tuvieron el único objetivo de cargarles el costo de la corrupción y del contubernio con empresas constructoras que edificaron viviendas de pésima a mala calidad.

No sólo eso, sino que también en la gran mayoría de los casos las dimensiones de los espacios habitacionales tampoco son medianamente habitables para una familia de cuatro integrantes, o incluso fueron edificadas en zonas alejadas o incomunicadas. Pero no había de otra más que comprar.

Las dimensiones de los espacios habitacionales no son medianamente habitables para una familia de cuatro integrantes.

El ahora expresidente Andrés Manuel López Obrador se cansó de acusar en su mandato que todos los cambios a la Constitución fueron para perjudicar a los trabajadores, no para beneficiarlos, y el caso del Instituto no fue la excepción.

Nomás baste recordar las modificaciones de 1987, para que los créditos fueran otorgados en veces salario mínimo y no en pesos, además de que se amplió a 30 años el plazo hipotecario, que representó una especie de soga al cuello:

Al inicio de cada año se aplica al capital el incremento al salario mínimo, que si bien en muchos años se contuvo entre en 3.5 y 4 por ciento, no dejaba de ser aumento, aunque con la reforma del 2017 se desindexó dicha percepción y en la actualidad se aplica el UMA.