REFORMAS LA CONSTITUCIÓN HEREDADAS POR LOPEZ OBRADOR, RESTRINGEN LIBERTAD Y DEMOCRACIA. FAVORECEN EL TIRANISMO.
*** Desaparecieron siete organismos autónomos que tenían la responsabilidad de vigilar y ordenar las políticas pública.
*** En los tres primeros meses diputados y senadores muestran una clara orientación hacia el autoritarismo.
Por Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo
Ciudad de México. – Antes de que el ex presidente Andrés Manuel López Obrador cumpliera su periodo de gobierno en México, heredó tareas extraordinarias a su sucesora Claudia Sheinbaum, consistentes en el planteamiento y ejecución de 20 reformas a la Constitución que, después de los tres primeros meses de avance legislativo y gestión de la nueva jefa del Poder Ejecutivo, muestran una orientación hacia el absolutismo, el autoritarismo o el tiranismo –como quiera interpretarse—pero “México ahora ya no es el mismo”.
Ambas cámaras del Congreso, con una obediencia extraordinaria, están en proceso de estructura y reestructura del Poder Judicial, a fin de “hacerlo al modo de su mentor”; desaparecieron siete organismos autónomos que tenían la responsabilidad de vigilar y ordenar las políticas públicas, la competencia económica, la transparencia y el ejercicio cabal de las instituciones del Poder Ejecutivo.
Regresaron a PEMEX y a CFE a su condición de empresas de Estado, sin considerar sus crisis financieras y elevaron a rango constitucional los programas sociales, a los cuales la oposición cataloga como instrumento clientelar, en tanto que la Guardia Nacional pasó a formar parte del control total de la Secretaría de la Defensa Nacional. Así, los cambios constitucionales ejecutados por el Congreso en medio de verdaderos escándalos, fueron avalados por las Cámaras de Diputados y Senadores.
Todas las reformas de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, emprendidas “por encargo” en ambas cámaras, contaron con la mayoría de legisladores de MORENA, con una “flagrancia inusitada” en cuanto a “apropiación de legisladores” que el pueblo no les dio ni mucho menos “les ofreció”. Es decir, en el marco de un padrón electoral de aproximadamente 100 millones de electores, el partido obradorista y sus aliados (MC, Verde y PT), resultaron triunfadores con el 54 por ciento de los votos, de manera que 46 millones de votantes, equivalentes al 46 por ciento, votaron a favor de los partidos de oposición, o sean PRI, PAN y PRD.