Datos e historias por contar.
zairosas.22@gmail.com
Hace más de 10 años en una entrevista a un célebre profesor, surgió el título de un libro: “El alquimista de la Rambla Wilson”, escrito por Mercedes Vigil, la obra retrata de manera histórica a un personaje de Uruguay que tuvo múltiples vínculos religiosos y políticos y sitúan al país en una época de crecimiento y prestigio, desde entonces he buscado esa obra sin resultado alguno, primeramente guiada por la curiosidad que se despertó después de esa entrevista y segundo porque me parece irreal que en medio de un mundo tan conectado sea tan difícil adquirir un título como este.
Años atrás escribí incluso a la editorial que tiene una filial en México y por el tiempo de edición era imposible para ellos que lo habían editado hacerme llegar una copia, tuve la posibilidad de adquirirlo por 10 veces más de su valor inicial a través de amazon, sin embargo, lo exagerado del precio me detuvo, hasta olvidar por completo el por qué de mi necesidad con esa historia.
Hoy, al volver de un viaje por Colombia, descubro al escritor Juan Gabriel Vásquez, a través de una entrevista que le hacen sobre su última novela “Los nombres de Felizia”, nuevamente busco el título en mi país y solo puedo adquirirlo hasta el próximo año a través de internet, si bien la travesía es más sencilla y consigo el resultado deseado, es inevitable recordar nuevamente ese título que durante años he buscado…
Ese recuerdo me obliga a buscar más de los autores, la primera una mujer uruguaya, reconocida por sus novelas de ficción histórica, el segundo colombiano, con personajes igual situados en la historia que buscan retratar distintos puntos de desarrollo de Colombia, su más reciente obra vinculada a una de las grandes artistas, habla de una mujer que destacó aún en tiempos destinados a los hombres y donde supo ser innovadora como señal de rebeldía.
Ambos autores tienen un gran hilo conductor en común con nosotros hablando socialmente, América Latina, retratan historias del pasado quizás para recordarnos que no son tan distintas de nuestro presente, aún hay figuras políticas jugando a relaciones públicas para obtener beneficios personales y ni hablar de cuánto perdura el machismo de este lado del globo terráqueo.